Todo es amarillo, hasta el azul tiene su versión secundaria en estos días de sol. Los funcionarios van entrando y saliendo de las oficinas gubernamentales, persiguiendo las rutas de la sombra trazadas por los edificios, los bambúes y  el samán que se yergue con sus ramas huesudas sobre su propio ágora. Siempre ha estado allí, acariciando cerebros con sus golpes de brisa, permanentemente protegiendo del sol a su prole de sombrero y a los que se fueron deteniendo hasta quedar contemplativos.  Algunos conocidos  cruzan midiendo el paso, orondos por sus cargos públicos y otra gente que simplemente viene de hacer alguna diligencia, en este caso una antes del medio día. Es un magnífico día común aun con tal resplandor, a veces tre un buen encuentro para una conversación de café o un buen negocio. No importa el mes del año un día de estos vendrá y es menester no temerle al calor para salir a  buscar el día.