Cristo Rey, para la mayoría de nosostros se pronuncia en una sola palabra “cristorey”, Es un monumento elevado en 1954 y estuvo a cargo del Párroco Pedro Eliseo Achury Garavito construcción basada en los planos de José Adam Ramakers.

En esta creciente ciudad es difícil imaginar que hubo antes algún tiempo mejor, o al menos una sensación generalizada de que todo andaba bien.

Me agrada imaginar que hubo un coterráneo que se paró en aquellos que fueron simples  caminos de trocha lejos de la capital y en ese pequeño cerro “El Redentor” y observara hacia el polvoriento caserío en la pata del cerro y se imaginara que este merecía un monumento semejante a los de las ciudades importantes, pues ese era un paisaje agreste, solía ser un lugar de paso para lanceros, caporales y baquianos que tal vez huían logrando resguardarse tras las largas distancias  bajo el ardiente sol y los morichales. Un llano sin encantos para cosmopolitas, sin momentos para pensamientos demasiado ajenos, más bien  con noches para las profundas cavilaciones. El llano es tierra de mocetones de a caballo y gente de orillas de río mezclada con algunos montañeros  que vinieron a asentarse con sus jeeps al lado de la plaza de mercado, los palabreros negociantes de domingo.

Me gusta imaginar también que detrás del padre Eliseo  estuvieron  las señoras de la misa, las sus vecinas, fascinadas con el plan monumental, recolectando las fotos de revistas capitalinas y proyectando su ciudad imaginada, tal vez alentadas por el fervor creciente de la participación de las mujeres en los procesos electorales y las decisiones gubernamentales del país. De vez en cuando alentadas por los relatos hechiceros de esas extranjeras devotas que solían venir con un toquecito de progreso entre sus bolsas perfumadas, Si hubiese sido así también debió ser un gran momento para socializar, quizás algunos aprovecharon para sellar su amor ante este cristo. En todo caso tuvo que ser mucho más que eso, debió ser un evento ambicioso de unos cuantos parroquianos que quisieron darle gloria a su pequeño pueblo.

Yo la verdad no lo sé, tal vez alguien me cuente la verdadera historia pero siento que este relato se perdió simplemente porque  por pura sencillez no hubo alguien que se sentara a escribirlo justo en ese momento..